Pese a Estados Unidos, Cuba cambia
19/10/2012 1 comentario
Por: Ángel Guerra Cabrera

¿Cuántos países pobres podrían resistir durante medio siglo sin colapsar una ley como la mencionada? Es muy importante la pregunta porque la visión que ofrece la industria de la mentira patrocinada por ya se sabe quién es la de una isla-presidido de donde la gente no emigra sino escapa debido a la persecución política, una imagen totalmente alejada de la realidad de un país que contradictoriamente recibe más de dos millones de visitantes al año, cifra que continúa en ascenso cuando muchos otros destinos turísticos decaen.
Frente a la grosera agresión contra su integridad, Cuba se vio obligada a adoptar medidas para ordenar la emigración y combatir la fuga de talentos en medio de una excepcionalmente asimétrica situación de guerra no declarada, bloqueo económico y cerco mediático a un país pequeño y pobre por parte de la mayor potencia militar del planeta.
Cuba ha propuesto reiteradamente a Estados Unidos dialogar sobre todos los temas en conflicto, incluyendo la migración, pero ese país no da muestra alguna de estar interesado en una relación y una convivencia pacíficas. A lo largo de los años ha cambiado la estructura social y política de la emigración cubana, que en su mayoría se opone a las medidas agresivas contra la isla, con la que desea una relación normal. Cuba ha hecho reiterados intentos por lograr esa normalización, casi siempre torpedeados por Washington. Las nuevas medidas adoptadas por La Habana responden a iguales deseos compartidos por la población de la isla. Habían sido anunciadas en varias ocasiones por el presidente Raúl Castro como parte del programa de “actualización” del socialismo cubano, que marcha sin prisa pero sin pausa. Deliran los que hablan de fuga y derrumbe.


