Más de 60 mil yates estadounidenses podrían visitar Cuba

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El comodoro del Club Internacional Hemingway, José Miguel Díaz Escrich, aseguró que en caso de levantarse todas las medidas de viajes, podrían visitar a Cuba más de 60 mil yates estadounidenses por año.

Díaz Escrich relató este viernes que en lo que resta de este 2015 llegarán a esta isla, solo de Estados Unidos, dos regatas, la Pensacola-La Habana (31 de octubre al 8 de noviembre) y la Cayo Hueso-La Habana (17-21 de noviembre).

En el primer caso acumulará más de 200 personas incluyendo los que vendrán por mar y otros visitantes que viajarán por aire para participar en ese encuentro, en el que tomarán parte 23 barcos de cinco clases, incluida la categoría Multicasco.

Esta sería la mayor presencia de norteamericanos en una regata sin contar 1999, cuando estuvieron en Marina Hemingway -donde se encuentra el Club de Díaz Escrich-, mil 500 estadounidenses, por vía marinera, cuando atracaron allí 404 barcos de recreo, 350 norteamericanos.

En los 23 años de fundado el Club Hemingway (principal impulsor de la náutica recreativa en Cuba), nunca apareció una expectativa como en el presente, cuando incluso están previstas para 2016 la realización de 11 regatas, solo desde Estados Unidos.

De ahí que los estimados tengan la previsión de más de 60 mil barcos de este tipo en caso de que se levanten totalmente las restricciones de viajes de Washington que perjudican a los navegantes de ese país y al turismo cubano.

Realizó esta salvedad, pues en la actualidad pese a las flexibilizaciones debido a la reanudación de relaciones diplomáticas entre las dos naciones, aún a los yatistas el Departamento del Tesoro les exige tener un ilógico permiso de exportación de naves de recreo.

Sin ese documento no pueden navegar hacia La Habana, de ahí que muchas más personas y sus barcos queden sin poder participar en estas regatas, significó el Comodoro.

En lo que va de año ocurrieron las regatas Havana Challenge con 20 botes, la Bone Island Race con cuatro embarcaciones, el récord de Roger Kluh de velocidad en la lancha Apache Star, con una tripulación de dos norteamericanos y la travesía en Kayak La Habana-Key West.

Las anunciadas para noviembre incluirán exhibición de embarcaciones en el litoral del malecón habanero y entrada en la Bahía de la capital, además de la firma de convenios de amistad entre el Club Hemingway y los de los visitantes.

Significó que una preocupación primordial en los tratos con los amigos yatistas está en la preservación del medio ambiente. Dijo además que estos anuncios no incluyen a los torneos de pesca como el Ernest Hemingway de cada año, y otros que se planean.Tampoco anotó proyectos y viajes de yatistas de otros países como Francia y España, lo que todo sumado indica un auge de la náutica recreativa en este archipiélago.

Para 2016 prevén las regatas La Concha, una de Miami, Sarasota, Tallship Challenge, Havana-Challenge, Cortés, Storm Trysail, desde Texas, Punta Gorda, Pensacola, y Havana Thunder Challenge, todas desde los Estados Unidos.

(Tomado de CubaSi)

Nietos de Hemingway visitan Cuba

John Hemingway vino a Cuba tras la rica leyenda que une a Hemingway con nuestro país. Foto: Roberto Morejón Rodríguez / AIN.

John Hemingway vino a Cuba tras la rica leyenda que une a Hemingway con nuestro país. Foto: Roberto Morejón Rodríguez / AIN.

Por Yeneily García García

“Yo ser primer cubano sato que ganar Premio Nobel“, dicen que dijo Hemingway con un acento grueso, cuando celebraba, entre cerveza y cerveza, el prestigioso lauro de la Academia Sueca.

Por más de 20 años, el escritor norteamericano residió en el que llamó su paraíso cubano, la magnífica Finca Vigía de la localidad habanera de San Francisco de Paula, y fondeó su yate Pilar en el pueblecito pesquero de Cojímar, donde reía y conversaba codo con codo con los pescadores de la zona.

A “mi gente de Cojímar” y a Cuba dedicó el galardón, voluntad que no dejó sólo en palabras, sino que la reafirmó con la ofrenda de la medalla de oro con la efigie de Alfred Nobel a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba y de la gente de mar.

Ansiosos por desandar los caminos de su famoso abuelo y envueltos en la estela de su leyenda, llegaron John y Patrick Hemingway a este pedacito de costa al este de La Habana. La efigie del escritor, hecha con el bronce de las propelas y las paletas de los barcos de Cojímar, los recibió.

Llegaron con los ojos ávidos a territorio antillano para celebrar los 80 años de la llegada del Pilar a La Habana, y los 60 del Nobel. El más conmovido: John. Escritor a su vez y uno de los hijos de Gregory, —el mismo Gigi del equipo de pelota con los niños vecinos de la Finca—, nunca antes había estado en Cuba.

Es mi primera vez y estoy casi avergonzado con las muestras de cariño hacia mí y mi hermano, diría en aquel momento. “Tengo muchas ganas de conocer todos los lugares que frecuentaba mi abuelo. ¿Tomarme un daiquirí? Claro, como no. ¡Hasta un mojito!”

Cuatro días, y un emotivo recorrido especial por la casona de la Finca después, John estaba feliz. De pie en la terraza donde su célebre abuelo se sentara tantas veces, entablaba conversación con quien se le acercara.

Esta es mi primera visita a Cuba, mi hermano ha estado unas cinco veces, y la llegada a Cojímar fue increíble, porque ninguno de nosotros esperaba ese tipo de bienvenida, dijo cuando le pidieron unas palabras.

“Es difícil para mí describir el tipo de emoción que sentimos. El resto del viaje ha sido extremadamente interesante y también emotivo.”

“Puedo decir que venir aquí ha sido muy bueno para mí, en el sentido que he podido entender más profundamente el carácter, la personalidad de mi abuelo y sus escritos sobre Cuba.”

“Ernest, el hombre, hubiera estado incompleto como artista si no hubiera vivido aquí por 20 años. La combinación del carácter latino de los cubanos y el mar creo que fue mágica para él.”

Pescador él mismo, y conocedor de la historia familiar –es autor de A strange tribe: a family memoir (Una tribu extraña: una memoria familiar)-, John aseguró que uno de sus sueños se cumplió esta tarde del 11 de septiembre de 2014.

“Es sobrecogedor, solo ver el Pilar, como está ahora, restaurado. He pensado en este yate por años, y es la primera vez que puedo verlo. No tengo palabras.”

“Le agradezco a Jeffrey Bodwell y a Mavis Anderson, del Latin American Working Group Education Fund y el Proyecto Conmemorativo Hemingway, que me permitieron finalmente venir a Cuba. Este es un país de contradicciones, pero quizás no exactamente lo que muchos americanos esperan ver, y creo que el futuro nos unirá de nuevo otra vez.”

Tocar la medalla del Nobel y el legado “marino” de Hemingway

Patrick y John de seguro no esperaban poder tocar la medalla que ratificaba a su abuelo como parte del selecto club de los ganadores del Nobel. Para Patrick, fotógrafo de profesión, era cuestión de curiosidad.

No puedo esperar a ver la medalla, hasta ahora sólo he visto imágenes, dijo a los que se reunieron para celebrar las seis décadas del otorgamiento del lauro y la apertura de la exposición Ernest Hemingway. A 60 años del Premio Nobel, en Finca Vigía.

La medalla, protagonista de la muestra —que además reúne telegramas, recortes de prensa y fotografías— yace junto al diploma que le envió la Academia Sueca, en una rara oportunidad de ver a las dos piezas juntas, porque la primera es custodiada por el Arzobispo de Santiago de Cuba y el segundo pertenece a la colección de más de 15 mil documentos guardados en la casa de San Francisco de Paula.

Increíble, dijeron los dos cuando les permitieron sostener la reliquia, y no dudaron en tomarse fotos con el estuche cerrado, donde se puede leer en letras doradas: Ernest Hemingway.

Este es un día para no olvidar, sonrió Patrick a quienes permanecieron en la base de la torre que mandara a construir Mary, la cuarta y última esposa del escritor; para que este pudiera trabajar tranquilamente, ahora convertida en la sede de las exposiciones transitorias del Museo.

Pero no sólo a sostener medallas y a visitar el Pilar llegaron los dos a La Habana. El Latin American Working Group Education Fund y el Proyecto Conmemorativo Hemingway los invitaron a viajar a Cuba con un grupo de expertos y biólogos marinos para tratar de promover una mayor colaboración entre EE. UU. y Cuba en pos de la preservación de especies marinas, que viven en el Estrecho de la Florida.

Estos esfuerzos repercutirán en la salud de recursos de vital importancia para la industria pesquera y el turismo en el sur de Estados Unidos y la vecina costa norte de Cuba.

” Nuestro grupo, compuesto por 13 personas, llegó para celebrar fechas significativas en la historia hemingwayana, pero en un sentido más amplio, nuestra misión está en propiciar la colaboración para proteger recursos marinos, los mismos por los que Hemingway sintió tanta pasión como deportista y naturalista”, explicó Jeffrey Bodwell, uno de los líderes de la delegación.

“Tuvimos una reunión muy productiva en el Centro de Estudios Marinos de la Universidad de La Habana y lo usaremos para impulsar la cooperación en la catalogación y protección de especies como la aguja, el atún y otros peces en el Estrecho de la Florida. Y ese será el verdadero legado de Hemingway, que trataremos de que perdure en temas de la amistad entre EE.UU y Cuba, y la protección de los recursos naturales que compartimos.”

(Tomado de Cubahora)

Hemingway se suicidó por la vigilancia del FBI, dice un amigo

Uno de los amigos más cercanos de Ernest Hemingway reveló que actualmente cree que el legendario escritor podría haber sido llevado a cometer suicidio hace 50 años debido a que se encontraba bajo intensa vigilancia del FBI. En un artículo publicado en el periódico New York Times, AE Hotchner escribe que la vigilancia de Hemingway que llevaba a cabo el FBI “contribuyó sustancialmente a su angustia y su suicidio”. En 1960, Hemingway dijo a Hotchner que los federales lo seguían, que habían intervenido su teléfono e interceptado su correspondencia. En ese momento Hotchner hizo caso omiso de los comentarios de Hemingway y los consideró delirantes. Pero cambió de opinión luego de leer documentos del FBI que una vez fueron secretos y que revelan que J. Edgar Hoover miraba de cerca a Hemingway por sus vínculos con Cuba y sus intentos de establecer una red anti fascista de espionaje llamada Crook Factory.

Washington entorpece rescate a legado de Hemingway en Cuba

La nieta de Maxwell Perkins, editor del destacado novelista estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961), afirmó el día 16 que el bloqueo del gobierno de Estados Unidos impuesto a Cuba desde hace medio siglo entorpece el rescate del patrimonio del novelista.

Según Jenny Phillips, «durante los mandatos del presidente (Bill) Clinton pareció haber una apertura; con (George W.) Bush las cosas se pusieron muy difíciles, muy rígidas, muy inflexibles; el presidente (Barack) Obama no ha cambiado mucho las políticas» hacia Cuba, opinó Phillips en la apertura del XIII Coloquio Internacional Ernest Hemingway.

El evento de cuatro días comenzó este jueves en el hotel «Ambos Mundos» de La Habana, capital de Cuba, con la presencia de especialistas de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá, España, Italia, Japón y el país sede.

Por su parte, la presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, Margarita Ruiz, señaló que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos negó las licencias para viajar a Cuba a 14 investigadores norteamericanos que participarían como ponentes y observadores en el Coloquio.

Entre los invitados estadounidenses que sí pudieron viajar a La Habana se encuentran Susan Wrynn, curadora de la Colección Hemingway de la Fundación John. F. Kennedy, y Walter Newman, director del Centro Noreste de Conservación de Documentos.

También participan el profesor titular de la Sociedad de Conservación San Antonio de la Universidad de Texas, William A.Dupont; la directora ejecutiva del programa de sitios patrimoniales de la Universidad de Arkansas, Ruth Hawkins, y la profesora de la Universidad de Pensylvania, Sandra Spanier.

El programa de la cita está conformado por ponencias, documentales y visitas a lugares relacionados con la vida del premio nobel de literatura (1954) en Cuba.

Esta edición rinde tributo a Hemingway en el 50 aniversario de su muerte, así como a los 80 años de la publicación de su novela «Fiesta», y los 50 de la entrega al patrimonio cubano de Finca Vigía, ubicada en las afueras de la capital.

Esa casona-museo, donde el escritor vivió durante 20 años desde 1939 hasta antes de su muerte, en 1961, es visitada cada año por miles de admiradores, pues atesora originales, cartas y documentos del autor de «El Viejo y el Mar», novela por la que recibió el codiciado premio nobel.(Xinhua)

El Daiquirí se disfruta especialmente en “El Floridita”

Tecto y Foto: Jaqueline Mitidiero

El Daiquirí se disfruta especialmente en “El Floridita”, la Cuna del Daiquirí. Aún hoy en día la figura inmortalizada en bronce de Ernest Hemingway ocupa su lugar de siempre con un trago recién preparado a su estilo, con doble ron y sin azúcar.