ETECSA amplía envío de SMS desde Cuba hacía Estados Unidos

La E

Etecsa

La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A., ETECSA, anuncia que, a partir del 8 de diciembre de 2017, desde cualquier teléfono móvil en Cuba, se podrá enviar mensajes (SMS) internacionales hacia cualquier teléfono móvil de los Estados Unidos. El costo será de 0.60 CUC, similar al resto de los destinos internacionales.

Para el envío de mensajería de texto hacia Estados Unidos, el usuario deberá, al momento de ingresar el número telefónico marcar, el signo de “+” ,  el código de Estados Unidos,1, el código de la localidad y el número celular.

Ejemplo:

“+” +  1 +  702 (código de Las Vegas) + número celular

Los códigos de localidades de EE.UU se encuentran en las Páginas Informativas del Directorio Telefónico de Cuba.

Para más información, llamar al 118.

Lo que ETECSA no ha podido solucionar

cola Etecsa

Por: Jessica Acevedo Alfonzo

Desde que inició en el mes de julio la ampliación del acceso a Internet a través de tecnología Wifi en los parques de La Libertad y de Peñas Altas, en la urbe yumurina, Ramona Lía Rodríguez, encontró una nueva forma de comunicación.

Aunque vive en Limonar, trasladarse hacia la Atenas de Cuba, para conectarse con sus familiares residentes en el extranjero, no supone un obstáculo; tampoco se queja de la conexión que puede llegar a ser bastante rápida. Sin embargo, sus dolores de cabeza comienzan a la hora de adquirir las tarjetas de navegación Nauta, ese sí constituye un gran inconveniente.

“En Peñas Altas hay un solo punto donde se compran y muchas de las veces que he ido están en falta. Tampoco las encuentras en el surtido de los agentes de telecomunicaciones, por eso acudo a los revendedores, que siempre andan por aquí. Ofertan las de una hora en tres pesos, cuando el precio real es de dos, pero te ahorran las incomodidades”, manifiesta la limonareña.

Yurima Comas Taineg es otra de las matanceras que se apropia de las bondades de la tecnología y que a su vez sufre las molestias: “Las condiciones son propicias para los revendedores porque cuando vas a Etecsa tienes que hacer una cola que demora casi el día entero, porque es la misma para varios trámites: el pago del teléfono, compra de tarjetas y otros. Nunca las obtengo a sobreprecio, prefiero hacer la fila”.

“A pesar de la espera, solo puedes obtener tres y para ello debes mostrar hasta el carné de identidad. Creo que resultara más fácil si las comercializaran en varios puntos de la ciudad o los agentes de telecomunicaciones, y así evitaríamos a quienes lucran a costa del bolsillo ajeno”, expresa Edián Seone Gudá.

Lo cierto es que cada quien se ajusta a sus posibilidades y busca alternativas, en aras de ahorrar tiempo o dinero, y minimizar las molestias. “Las consigo en los hoteles de Varadero, es más fácil porque no me demoro, aunque considero que deberían ofertarlas en las tiendas como las tarjetas de recarga celular”, añade Yaimet Del Bono Hernández.

Mientras que Yaidel Cabrera Peña explica la utilidad de navegar empleando los cupones de recarga que pueden encontrarse en los agentes de telecomunicaciones. Por su parte Naylet Gurrola Unanue confiesa que: “La mejor solución es comprar las de diez pesos en el Hotel Velasco, que casi siempre está surtido”.

Otras interrogantes también salen a relucir cuando se estudia a profundidad el tema y se conversa detenidamente con los entrevistados: ¿Por qué no disponer de puntos de venta y creación de cuentas en los propios parques? ¿Dónde encontrar las tarjetas después de las siete de la noche, para conectarse en horario nocturno? ¿Quiénes surten a los revendedores?

RESPUESTAS… ¿Y SOLUCIONES?

Según explica Herbert Pino Rodríguez, especialista en comunicación en la División Territorial de Etecsa, las cuentas de acceso permanentes y  temporales se encuentran disponibles en todas las unidades comerciales de Etecsa en la ciudad: el Telepunto y los Minipuntos del Hospital Militar, 13 Plantas, Pueblo Nuevo y Naranjal, establecimientos todavía insuficientes si tenemos en cuenta que allí también convergen varios servicios y disponen de un horario limitado. (Telepunto: siete de la noche y Minipuntos: 4 de la tarde)

Las cuentas de acceso Nauta temporales no se recargan y se comercializan a través de tarjetas prepagadas de 30 minutos (1 CUC), una hora (2 CUC) y cinco horas (10 CUC). Estas son válidas por un término de 30 días naturales, a partir de la primera conexión. Añade Pino Rodríguez que: “Están destinadas fundamentalmente a los usuarios temporales o visitantes, lo cual no quita que una persona natural cubana o extranjera residente la pueda adquirir en un momento determinado”.

Insiste en que a su vez, las permanentes proporcionan mayores ventajas al cliente, pues son duraderas por 360 días, además de recargables para incrementar el saldo y extender su vida útil, actividad que se realiza de forma directa en la red comercial de Etecsa a partir de 0.50 CUC o con cupones de recarga, que ahora también ofrecen los agentes de telecomunicaciones.

Con ellas además, se puede disfrutar de las acciones promocionales y facilitan al cliente memorizar el usuario y la contraseña.

“Como expresó la presidenta ejecutiva de Etecsa, Mayra Arevich Marín, en la Mesa Redonda, se trabaja para que el agente de telecomunicaciones pueda comercializar las tarjetas temporales y esto alivie la demanda. Aunque exhortamos a los usuarios del servicio Nauta se acerquen más a la modalidad de las cuentas permanentes que ofrece más facilidades”, plantea el comunicador.

Desde la apertura del servicio Nauta en las salas de navegación en junio de 2013 hasta el 27 de septiembre de 2015 solo en la provincia se han activado cerca de 26 mil cuentas permanentes de navegación en Internet. No obstante, las estadísticas muestran que la venta de tarjetas temporales ha sido superior a pesar de tener un uso limitado.

De ahí que todavía quede mucho por hacer en pos de satisfacer las exigencias de la población en materia de calidad en los servicios, inaccesibles todavía para la mayoría.

Crear las condiciones para que ambas cuentas sean comercializadas por los agentes de telecomunicaciones, en aras de disminuir la espera y no limitar el tiempo de venta de un servicio que puede solicitarse en cualquier momento; así como controlar el acaparamiento por especuladores resultan pequeños pasos que hacen grandes diferencias en el camino de una prestación que aunque costosa todavía, ha llegado para quedarse.

(Tomado del blog http://www.decodosenelpuente2.blogspot.com/)

Cuba, EE. UU. y los cables submarinos: la historia no contada

La historia de las telecomunicaciones entre Cuba y Estados Unidos data de inicios del siglo XX, pero después de 1959, la situación no ha mejorado mucho…

Por: OMAR PÉREZ SALOMÓN
Los cables submarinos entre los dos países fueron habituales por muchos años.

Los cables submarinos entre los dos países fueron habituales por muchos años.

Muchas personas desconocen que en el período de 1921 a 1989 entre Cuba y Estados Unidos se tendieron siete cables telefónicos con el fin de propiciar las comunicaciones entre ambos países. Tampoco se ha divulgado en la gran prensa internacional que a partir de 1959 las comunicaciones por cable fueron bloqueadas y no precisamente por el gobierno cubano, hasta el punto en que en 1986 se interrumpieron definitivamente.

En esa época comienzan a proliferar los cables de fibra óptica; pero a la mayor de las Antillas no le permiten conectarse con ninguno de las decenas de cables que pasan por sus alrededores.

En 1919, la Cuban Telephone y la American Telephone and Telegraph (AT&T), se asocian formalmente, a partes iguales, en la Cuban – American Telephone and Telegraph Company, una empresa cuyo principal objetivo declarado era establecer entre Cuba y los Estados Unidos un sistema de transmisión que permitiera interconectar las líneas telefónicas de larga distancia de los dos países.

Se colocaron tres cables entre La Habana y Cayo Hueso, con capacidad suficiente para transmitir simultáneamente un canal telefónico y al menos dos circuitos telegráficos dúplex. Esta labor demoró dos semanas y  se dio por concluida el 25 de febrero de 1921. De los tres cables, el más corto tenía una longitud de 185,8 km, mientras que las longitudes de los cables situados al este y al oeste del mismo eran de 194,6 km y 193,4 km, respectivamente.

Al inaugurarse oficialmente el servicio telefónico entre Cuba y los Estados Unidos, el 11 de abril de 1921, había casi 25 200 teléfonos instalados en La Habana, pero el servicio de larga distancia apenas estaba comenzando en el interior del territorio cubano. Este servicio mejoró considerablemente con la instalación de repetidores telefónicos en puntos estratégicos de la red nacional (Santo Domingo, Ciego de Ávila y Victoria de Las Tunas) a partir de 1921, lo que facilitó a los administradores de centrales azucareros y otros abonados del interior del país, la comunicación por teléfono con los Estados Unidos.

Teniendo en cuenta el rápido incremento del tráfico telefónico entre Cuba y los Estados Unidos en la segunda mitad de la década del 20, se tendió en el año 1930 un cuarto cable submarino de 206 kilómetros de longitud entre La Habana y Cayo Hueso, con capacidad para 7 canales telefónicos.

En 1950 se tendieron dos nuevos cables entre La Habana y Cayo Hueso (denominados No 5 y 6), con una longitud de 213 y 232 kilómetros, no sólo con miras a cubrir el incremento futuro del tráfico telefónico Cuba-Estados Unidos, sino también, para ensayar, en condiciones de explotación regular, el comportamiento de una nueva tecnología basada en el empleo de cables con repetidores sumergidos a grandes profundidades.

Cada cable incluía tres repetidores que permitían transmitir sin dificultad, entre ambos cables, 23 canales telefónicos y 24 canales telegráficos simplex. Incorporaban uniformemente espaciados, amplificadores flexibles, diseñados por los laboratorios Bell, a base de tubos electrónicos de larga duración, destinados a amplificar las señales en un solo sentido, de modo que cada conversación telefónica requería el uso simultáneo de ambos cables. La experiencia así adquirida resultó decisiva para el diseño definitivo de los primeros cables telefónicos transoceánicos que la AT&T y la British Post Office, trabajando de común acuerdo, tendieron en 1956 entre Terranova y Escocia.

En 1959 el servicio telefónico internacional de Cuba disponía del cable submarino (24 circuitos) y el sistema de transmisión troposférico (36 circuitos), y una pequeña cantidad de enlaces por ondas cortas, de muy baja calidad, lo que determinaba una dependencia absoluta de nuestro tráfico internacional de las condiciones y los intereses de las compañías norteamericanas que monopolizaban este servicio.

El bloqueo económico, comercial y tecnológico impuesto a la Revolución cubana desde el mismo año 1959, impidieron en todos estos años mejorar y ampliar los enlaces telefónicos por cable entre ambos países.

A finales de 1986 el gobierno norteamericano autorizó a la AT&T  a incrementar los circuitos con Cuba, que prácticamente eran los mismos existentes en 1959, pero sólo un incremento discreto de 12 circuitos anuales durante un período de 5 años hasta llegar a 60. En este mismo año se produjo una interrupción en aguas profundas del cable submarino, que ya había sufrido otras roturas anteriores, pero debido al alto costo que la reparación de esta última interrupción representaba, sus propietarios (AT&T e ITT), decidieron abandonarlo y transferir sus 24 circuitos al sistema troposférico también obsoleto, que a partir de ese instante se convirtió en la única vía existente entre los dos países, con una vida de uso de 29 años, período más que suficiente para haberlo sustituido. Este hecho limitó la posibilidad del incremento de circuitos, y en la práctica sólo se implementaron 24 circuitos de los 60 autorizados.

A partir de 1986 la AT&T comenzó a gestionar con el gobierno norteamericano la autorización para tender un cable submarino analógico entre los dos países que sustituiría el obsoleto sistema troposférico, susceptible de una interrupción total en cualquier momento, además de la baja calidad del servicio brindado a través de él.

A mediados de 1988 se obtienen las autorizaciones para tender el cable submarino sin dejar de aplicar el bloqueo tecnológico a Cuba, pues se trataba de un tramo de cable de tecnología anticuada,  recuperado del fondo del mar después de ser sustituido en el Atlántico, y con una capacidad de sólo 143 circuitos, cuando las necesidades por el tráfico existente eran muy superiores. No obstante esta discriminación tecnológica, el gobierno cubano también autorizó el tendido en un esfuerzo más por mantener las comunicaciones.

En 1989 después de varios meses destinados a los trabajos de prospección, proyección, preparación, tendido del cable y puesta a punto de las estaciones, se concluye la instalación del sistema del cable submarino analógico entre Cuba-EE.UU., denominado  cable No 7.

Este cable nunca se puso en servicio ya que el gobierno estadounidense no aprobó un acuerdo de servicios de telecomunicaciones justo, razonable, equitativo y conforme a las normas internacionales vigentes entre las operadoras de uno y otro país.

En los últimos tiempos el gobierno norteamericano ha evitado que Cuba se conecte a  las redes internacionales de telecomunicaciones por medio de cables de fibra óptica que pasan cerca de la isla, algunos a escasos 30 kilómetros,  obligando a utilizar las conexiones basadas en los satélites que no sólo son más costosas sino que son de banda menos ancha, haciendo las conexiones más lentas.

Cuando se puso en marcha el proyecto del cable submarino con Venezuela, los medios de comunicación capitalistas comenzaron a decir que era la panacea que resolvería todos los problemas de comunicación de Cuba, y además,  las “restricciones” que impone el gobierno cubano al acceso a la comunicación e información pero callaron el bloqueo tecnológico que dura ya 55 años.

( Tomado de http://www.cubahora.cu/ )